jueves, 17 de mayo de 2012

LA NO EXCEPCIONALIDAD DE SU MAJESTAD
Durante los últimos meses, y en especial durante las últimas semanas, han sucedido diversos acontecimientos que ponen en entredicho la idílica imagen de la que hasta ahora disfrutaba la Monarquía española.

El primero de ellos es la salida a la luz pública de los negocios ocultos del yerno del rey, Iñaqui Urdangarín. El que parecía un miembro modélico de la fa...milia real, ha resultado ser un "presunto" ladrón que desviaba fondos públicos a empresas de su propiedad, aprovechándose de su posición social como yerno del Rey de España. Por supuesto, nada más saltar la noticia a la opinión pública, la maquinaria de la Casa Real se ponía en marcha para intentar dar la sensación de que los negocios ilegales del marido de la hija del Rey, habían pasado totalmente desapercibidos para el resto de miembros de la familia real. Diversos datos nos llevan a pensar que ésto es rotundamente falso, ya que las últimas informaciones dan a entender que el Rey estaba al corriente de los negocios y delitos de su yerno. Y qué decir de la Infanta Cristina, a la que se ha querido hacer pasar por una ignorante que firmaba documentos sin leerlos y que desconocía el origen de los millones de euros que utilizó para remodelar su palacio de Barcelona, por poner un ejemplo.

El segundo de los acontecimientos del que habría que hablar, es la famosa cacería de elefantes en Botsuana. Cacería que hubiera pasado totalmente desapercibida para el común de los mortales si no se hubieran encadenado una serie de circunstancias, algunas de ellas surrealistas y esperpénticas, a lo largo de esa semana. La primera, que el nieto mayor del Rey se disparara en el pie con una escopeta mientas practicaba la caza con su padre. La segunda, que ni el Rey ni la Reina dieran señales de vida durante los días posteriores al accidente, estando su nieto ingresado en un hospital. Y la tercera, que el Rey tuviera la mala suerte de romperse la cadera a miles de kilómetros de España, practicando además una actividad tan deleznable como es la caza de animales en peligro de extinción.

De nuevo, la maquinaria volvía a ponerse en marcha, y desde la mayoría de medios de comunicación se intentaba hacer creer a la población la excepcionalidad del asunto. Horas y horas de adulación y sumisión al monarca por parte de periodistas y políticos para hacer llegar un mensaje claro: "un error lo puede tener cualquiera, incluso un rey, y no puede tirar por tierra todos los años de compromiso con España y la democracia...". Todo ello rematado por las ridículas y prefabricadas disculpas del propio rey a la salida del hospital, las cuales se han querido hacer ver por parte de esos aduladores a sueldo, como un gesto que le honra y le humaniza.

Pues bien, todo lo descrito anteriormente, ni es excepcional, ni constituye un error puntual. El ritmo de vida de los miembros de la familia real es precisamente el que ha quedado patente durante estas últimas semanas. Unas vacaciones continuas pagadas con el dinero público y dinero proveniente de negocios ilegales y secretos. Hace años la revista Forbes fue censurada en España porque incluía en su lista a Juan Carlos de Borbón, para el que calculaban una fortuna personal de unos 2.000 millones de euros. Fortuna que habría amasado debido sobretodo a sus negocios y relaciones con las monarquías petroleras de Oriente Medio. Aquel rey campechano que nos han vendido como un trabajador infatigable al servicio de los españoles y las españolas, ha resultado ser un vividor empedernido al servicio de sus propios intereses personales y de los intereses de la oligarquía económica. No hay negocio de gran calado que se desarrolle en este país, que no pase por las manos del Jefe del Estado. Precisamente su viaje a Botsuana, fue supuestamente pagado por Mohamed Eyad Kayali, un rico empresario sirio, mano derecha del príncipe Salman, ministro de Defensa de Arabia Saudí e íntimo amigo del rey. Salman fue quién negoció el contrato de 6.700 millones de euros para construir el AVE entre La Meca y Medina, del que se han beneficiado varias empresas españolas. La frase tan repetida por políticos y periodista de "el Rey es el mejor embajador de España" es incorrecta, la frase sería más bien así: el Rey es el mejor embajador de las empresas españolas, con la debida comisión por delante claro está.

Debido a todo ésto, se hace cada vez más necesaria la lucha por la consecución de la República como modelo de estado y la salida del poder de la actual monarquía. Pero la lucha republicana no es suficiente. República y anticapitalismo deben ir de la mano. La monarquía, aupada al poder ilegítimamente por el franquismo y el apoyo de Estados Unidos, es representante de la oligarquía económica de este país, no del pueblo trabajador. La llamada "Transición", no fue otra cosa mas que la perpetuación de las estructuras de poder y las estructuras económicas bajo el amparo de un régimen parlamentario supuestamente democrático, poniendo como cabeza visible a un rey dispuesto a satisfacer las necesidades de los grandes capitalistas.
Pese a todo, es de apreciar el trabajo que involuntariamente está haciendo la familia real por la causa republicana cada vez que uno de sus trapos sucios sale a la luz, ya que cada día son más las personas que son conscientes de la verdadera cara de esta "modélica" familia y de la necesidad de un cambio de modelo de Estado. Hoy más que nunca, República y Socialismo.

L.O.
Plataforma Republicana de Torrejón

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